miércoles, 25 de agosto de 2010

Reflexiona ...


Como hombres estamos llamados a desarrollarnos plenamente como personas y a buscar todo aquello que nos permita crecer como tales.

El hombre es un ser que no puede escapar a las preguntas por el sentido de su vida: ¿quién soy?, ¿cuáles son mis metas y aspiraciones?, ¿qué espero para mi vida?. Tenemos que buscar las respuestas a todos estos interrogantes, de una manera sincera y responsable.

La vocación religiosa supone una fe en la Providencia, intuyendo que es Dios quien llama y no las simples circunstancias terrenas. Pero implica también una actitud firme de compromiso, una fidelidad a prueba de desmayos o desánimos y, sobre todo, una "renuncia al mundo" lo que significa a la propia familia, a libre decisión, a las posesiones y riquezas.

La vocación permite dar respuesta a las interrogantes profundas que guarda relación con el sentido de la existencia.

Es un llamado o una demanda interna relacionada íntimamente con tu propia identidad o forma de ser.
Es entrar en sintonía con la vida universal
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¡La Decisión está en tus manos!

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