martes, 24 de agosto de 2010

¿Qué es la Vocación?



1.¿A QUÉ TE LLAMA DIOS?
2. ¿CUÁNDO Y COMO LLAMA DIOS?
3. VOCACIÓN A UNA ENTREGA TOTAL A CRISTO.

Dios llama desde muy jóvenes.
Es Dios quien llama y lo hizo desde la eternidad.
El proceso de la vocación.
La respuesta a la vocación es siempre un Sí lleno de fe.
Dificultades para la vocación.
Para ver claro el camino: oración, sacramentos y dirección espiritual.
Prontitud para decir que Sí ante la grandeza de la llamada.
La alegría de ser generosos.
Perseverancia y fidelidad.
La vocación es siempre apostólica.

4) La entrega total en medio del mundo.
5) Vocación matrimonial...
6) Vocación sacerdotal...
7) Vocación religiosa...


1. ¿A QUÉ TE LLAMA DIOS?
Me dirijo sobre todo a vosotros, queridísimos chicos y chicas, jóvenes y menos jóvenes, que os halláis en el momento decisivo de vuestra elección. Quisiera encontrarme con cada uno de vosotros personalmente, llamaros por vuestro nombre, hablaros de corazón a corazón de cosas extremadamente importantes, no sólo para vosotros individualmente, sino para la humanidad entera.


Quisiera preguntaros a cada uno de vosotros: ¿Qué vas a hacer de tu vida? ¿Cuáles son tus proyectos? ¿Has pensado alguna vez en entregar tu existencia totalmente a Cristo? ¿Crees que pueda haber algo más grande que llevar a Jesús a los hombres y los hombres a Jesús?.
Os halláis en la encrucijada de vuestras vidas y debéis decidir cómo podéis vivir un futuro feliz, aceptando las responsabilidades del mundo que os rodea. Me habéis pedido que os dé ánimos y orientaciones, y con mucho gusto os ofrezco algunas palabras en el nombre de Jesucristo.


En primer lugar os digo: no penséis que estáis solos en esa decisión vuestra y en segundo lugar que cuando decidáis vuestro futuro, no debéis decidirlo sólo pensando en vosotros.
La convicción que debemos compartir y extender es que la llamada a la santidad está dirigida a todos los cristianos. No se trata del privilegio de una élite espiritual. No se trata de que algunos se sientan con una audacia heroica. No se trata de un tranquilo refugio adaptado a cierta forma de piedad o a ciertos temperamentos naturales. Se trata de una gracia propuesta a todos los bautizados, según modalidades y grados diversos.


La santidad cristiana no consiste en ser impecables, sino en la lucha por no ceder y volver a levantarse siempre, después de cada caída. Y no deriva tanto de la fuerza de voluntad del hombre, sino más bien del esfuerzo por no obstaculizar nunca la acción de la gracia en la propia alma, y ser, más bien, sus humildes «colaboradores».

Cada laico cristiano es una obra extraordinaria de la gracia de Dios y está llamado a las más altas cimas de santidad. A veces éstos no parecen apreciar totalmente la divinidad de su vocación. Su específica vocación y misión consiste en -como levadura- meter el Evangelio en la realidad del mundo en que viven.

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